"¡Buenas a todos! Esta vez me vuelve a tocar hacer a mí la crónica de la carrera de Navarra, pero al contrario que en la de Cheste del año pasado, esta vez los resultados no fueron nada buenos. Pero en eso consisten las carreras, a veces todo sale bien, y otras en cambio te vas a casa con un poco de bajón… Afortunadamente en la Coppa, incluso estos fines de semana los recuerdo con cariño.

Nunca había rodado en Navarra antes, por lo que decidí apuntarme a una rodada el fin de semana anterior a la carrera, al menos así por lo menos sabía hacia donde iban las curvas. Y menos mal, porque el final de recta de este circuito es de echarle agallas… es increíble la sensación de tener que tirarse casi a tope en la primera curva (digo casi porque soy un manta, los de arriba lo hacen a tope). En fin, que me hice mis libres ese día.

Ya en el fin de semana de carreras, sólo pude llegar a la última tanda del viernes (¡¡tengo lío en el trabajo!!). Algo es algo. Lo que pasa es que este año los pilotos de delante se han puesto serios, y algunos habían entrenado el jueves y el viernes. Así van, como auténticas flechas. Como digo, esa tanda era importante para tranquilizarme y coger sensaciones.

Ya en los clasificatorios oficiales del sábado, decidí jugarme todo al crono 2, pues el primero era a las 9 de la mañana y creímos que no sería lo ideal para hacer el tiempo. Aun así, en el crono 1 mejoré mi mejor vuelta e hice un 53.5. Para el segundo clasificatorio estrené neumático delantero y puse un trasero con pocas vueltas y al cabo de unos intentos vi un 52.3 en el lap timer. Eso me ponía en los tiempos de David Peinado, que es mi objetivo este año.

Sin embargo, aquí vino el primer contratiempo del finde. En el final de una de las vueltas (a falta de 3 curvas del pit lane) estaba alcanzando un piloto de otra categoría y me concentré al 200% en pasarle. Parece que justo en ese momento sacaron banderas rojas y yo no las vi, por lo que no entré en boxes. Antes de nada reconocer al 100% mi error, pues no hay ninguna excusa. Me gustaría pedir disculpas al compañero caído (espero que esté bien), a la organización y al campeonato en general, fue un error inadmisible: Con cuestiones de seguridad no se juega. Evidentemente cuando vi la bandera aflojé, pero ya era demasiado tarde.

El resultado de esta acción es que dirección de carrera me sancionó a salir desde el pit lane a la carrera. Y lo peor no es perder esos metros, lo peor era que no daba ni vuelta de formación ni de warm-up. Además, resulta que Peinado había bajado los tiempos a 51.8. En fin, pese haber bajado mucho mis tiempos llegué al box enfadado conmigo mismo.

Tampoco había que darle más vueltas, me concentré en salir fuerte el domingo e intentar hacerlo lo mejor posible. Tras hacer los deberes en el warm-up nos pusimos todos en modo carrera. Todos menos yo, que tenía algo más de tiempo para llegar a mi posición de salida. A las 11 de la mañana el calor estaba empezando a apretar fuerte y esto tendría sus consecuencias. Ya en la línea de pit lane empiezo a oír a mis compañeros como hacen rugir los motores de las F3 (como suena, ¡es increíble!). Y de repente por el rabillo del ojo veo al pelotón salir a lo bestia. Se pone mi semáforo en verde unos segundos más tarde y salgo como si tuviera al mismísimo diablo dentro. Empiezo a enlazar curvas y antes de terminar la primera vuelta estoy detrás de Carlos, le paso y en recta de meta me pongo detrás de Ripoll. ¡Ay, ay ay, Nacho que en la pista no hay amigos! Le cojo el rebufo y le adelanto, en mi cabeza me salta un pensamiento: “pista libre, ritmo y ¡a tope!”

Sigo apretando en esa segunda vuelta cuando de repente, al llegar a la zona lenta, en una aceleración de segunda acelero con ganas y…. ¡¡¡plas!!! Un latigazo de atrás que me deja frío. ¿Qué ha pasado? No entiendo nada, no he hecho nada más agresivo que en otras vueltas y el neumático es nuevo. Pienso que debe ser que aun no tiene temperatura (no he hecho vueltas de calentamiento), por lo que sigo. A las dos curvas… ¡¡¡plas!!! Otra vez. Buff, esto empieza a ser preocupante. Me vengo abajo totalmente y en la siguiente vuelta me equivoco en la frenada de la primera horquilla. El Sr. Ripoll está al quite, me pasa y decido plantearme la carrera detrás de él para pasarle en algún momento. Pero no hay manera, en cuanto toco el acelerador en segunda marcha las derrapadas son violentas y muy incomodas. Nacho se va yendo y no soy capaz de bajar de 55.6 en toda la carrera. Lamentable, más de tres segundos más lento que en cronos, cuando mi idea inicial era haber salido a bajar al 51. Que rabia, que enfado tenía. Nacho se va yendo y no puedo hacer nada, pero lo que tenía muy claro era una cosa: no pensaba caerme por un high side. A mitad de carrera veo que Puerto se ha ido al suelo… algunos están peor (quien no se consuela es porque no quiere…).

Final de carrera, celebración de pódiums y alegría por mi compañero de equipo Ripoll, al que le debo gran parte de toda esta locura.

¿Qué es lo que ocurrió? Pues muy sencillo, salí con la misma presión de neumático que el sábado, pero la temperatura era muchísimo más alta. El neumático se sobrecalentó y la presión era excesiva. 100% mi culpa. Error garrafal, el segundo del fin de semana. Cuando me volví a Madrid estaba enfadado. Me había preparado la carrera, estoy haciendo deporte y pese a que entreno poco con la moto estoy mejorando mucho este año. Pero todo se va al traste por dos errores. ¡Esto son las carreras, es la vida misma! A veces uno se esfuerza y las cosas no salen, los rivales no son precisamente mancos y las decisiones mal tomadas pesan. Conclusión: a concentrarse para la siguiente carrera, y a prepararla bien (no sólo encima de la moto).

Afortunadamente al irme a dormir me acordé de las dos cenas con Ripoll, Israel & Family e Iván (no está en la Coppa, pero sabemos todos que quiere volver jajaja), comimos, bebimos y sobre todo reímos. Porque esto último, para mí, también es parte de la Coppa."